Azarenka necesita el US Open

Victoria Azarenka es la actual número 1 de la WTA, colidera la race de esta temporada junto a Maria Sharapova, ha ganado un Grand Slam como el Open de Australia y ha conquistado este año ya otros tres grandes títulos más (Sydney, Doha e Indian Wells) además de jugar otras dos finales (Stuttgart y Madrid); sin embargo, el reinado de Vika no sólo se ve amenazado por sus rivales sino que ya empiezan a florecer también las críticas que hablan de otra número 1 fracasada.

Atrás quedan ya las 26 victorias consecutivas que logró desde principios de año hasta Miami. Atrás queda todo aquél crédito de ser número tras ganar, y de qué manera, un Grand Slam como el Open de Australia. Atrás quedan, en definitiva, las sensaciones de una nueva gran tenista que domine el circuito femenino. Stuttgart y Madrid vieron cómo llegaba a sus finales. Roma cómo se retiraba buscando preparar con tiempo Roland Garros. La gran cita sobre arcilla cómo la número 1 caía en 4ª ronda ante Cibulkova. Wimbledon y los Juegos Olímpicos presenciaron sendas derrotas ante la gran versión de Serena Williams. Y Montréal apenas pudo ver unos juegos de la bielorrusa (seis en concreto) antes de que decidiera retirarse por precaución.

Una temporada con un balance hasta el momento de 48 victorias por tan sólo 7 derrotas que, no obstante, ya no brilla tanto como con la llegada del circuito a Europa en primavera. Entonces era Azarenka la ‘flamante, eficaz y salvadora’ nueva número 1, ahora es ‘una más’, ‘otra que caerá’, ‘una nueva líder flojita’ y esa ‘otra como Wozniacki, Jankovic, Ivanovic o Safina’.

Las opiniones que despierte ella, su ranking y su tenis no son cosas que Azarenka tenga en su mano cambiar, sin embargo, ella misma es consciente de que afronta un momento clave en su relación con el número 1 en Flushing Meadows. Empezó arrasando, siguió como líder, y poco a poco ha ido cediendo el protagonismo a otros nombres. Hoy el circuito femenino no sigue una pauta normal; las sacudidas de Serena, Clijsters y Henin los últimos años han dejado esa extraña sensación de qu las que ‘quedan’ ya no juegan tanto. La Williams se ha casi paseado por Wimbledon y Londres 2012, siendo la protagonista de esa foto del pódium olímpico que marca tanto: ella la primera, Sharapova la segunda y Azarenka la tercera. En escalones, para que quede claro.

Esa imagen Vika necesita limpiarla de un plumazo. Tiene que conseguir que los análisis de final de temporada digan que Serena no se paseó por el circuito WTA a su antojo sino que sólo lo hizo en hierba. Azarenka reinó en pistas duras, Sharapova en pistas de tierra y Serena en pistas de césped. Ahora con unos WTA Premier de pista dura-rápida devaluados por su cercanía con los Juegos Olímpicos y por la no presencia de Vika y Masha, donde segundas espadas como Kvitova o Li se han lucido, llega el momento de la verdad. El US Open se presenta como torneo clave para el resto de la temporada. Los Grand Slam se han repartido, y es el momento de que alguien marque diferencias. Una victoria en este Slam es lo que necesita Azarenka para reafirmarse en el #1, Sharapova para recuperarlo, Radwanska para sumarse de veras a la lucha y Serena para confirmarse como una alternativa regular. Todas necesitan marcar su sitio, pero la que más: Azarenka.

Ella es la actual líder y soporta lo grande que es el cartel de gran favorita al triunfo final en cada torneo. Con esa categoría esta temporada ha conseguido 2 torneos de 9 posibles. Y diferenciarse del resto de tenistas al ser la única que consiga dos Grand Slam este año sería el impulso definitivo a su postulación no como número 1, eso ya lo dicen las cifras, sino a verdadera líder del circuito. Su gran rival en este sentido es Serena Williams, aunque también Maria Sharapova. A las dos necesita batir si quiere confirmarse. Una buena victoria ante Serena, leyenda viva del tenis femenino, le supondría el plus de crédito que necesita; y con ello, crédito para la WTA y para el nivel actual del circuito.

Azarenka puede conseguir cuantos WTA Premier asiáticos y cuantos torneos bajo techo quiera este año que seguirá siendo una rival flojita si en la gran cita de aquí a final de temporada no rinde como se espera de ello. Consciente, ha preferido no forzar a su cuerpo y preparar con mucho mimo el US Open. Nueva York es su ciudad favorita. En Flushing Meadows consiguió el título de campeona junior en el 2005. Apenas un año más tarde también consiguió aquí su primera victoria en un Grand Slam derrotando con 17 años a, ni más ni menos, la número 12 mundial: Anastasia Myskina. Fue el US Open donde por primera vez alcanzó los octavos de final y donde los últimos años sus resultados han dejado mucho que desear, afectándole lesiones y malos cuadros (el año pasado se topó con Serena Williams en tercera ronda, perdiendo en tiebreak del segundo set). Esta superficie se le adapta bien. Queda por ver su fortaleza mental y su capacidad física tras la temporada más prolongada de su carrera deportiva.

Aunque los números y los rankings lo dejan muy claro, no tanto las sensaciones y las opiniones. El circuito WTA busca líder y al examen se presentan, de veras y sin intención de discriminar a Radwanska, sólo tres nombres: Victoria Azarenka, Maria Sharapova y Serena Williams. El torneo de maestras de final de año será importante, pero no hay nada más relevante en juego en esta temporada 2012 que el US Open y con las cosas tan igualadas, la ceremonia final de este torneo marcará la foto. Azarenka lo sabe y por ello lucha.

¿Creen que con la vuelta de las superficies duras Azarenka volverá a brillar? ¿Es la gran líder que espera el circuito femenino? ¿Ganará Azarenka el US Open? ¿Es la auténtica número 1?

Vika a examen en el US Open.