La caída del tenis australiano

La segunda superpotencia mundial histórica del tenis vive una mala época. Australia ha sido siempre, junto a Estados Unidos...

Xus Garrido | 28 Jul 2011 | 12.01
facebook twitter whatsapp Comentarios
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.
En Puntodebreak encontrarás toda la actualidad y noticias de tenis, así como fotos de tenistas e información de los torneos ATP y WTA como los Grand Slam y Copa Davis.

Australia ha sido siempre, junto a Estados Unidos, la gran cuna del tenis mundial. No se entendería este deporte sin los mitos norteamericanos y oceánicos.

Australia fue una de las grandes impulsoras de este deporte y su leyenda, tanto en la Copa Davis, donde ha conseguido 28 títulos, (por 32 los estadounidenses), y nación de algunos de los tenistas con más Grand Slams en sus vitrinas, vive una época de sequía impredecible hasta hace pocos años.

Históricos

Hablar de Australia en el tenis, no sólo es hacerlo de uno de los organizadores de un Grand Slam. Es la nación de algunos hombres que han hecho de este deporte algo legendario, como Roy Emerson, Rod Laver, Ken Rosewall, Jack Crawford, James Anderson, Adrian Quist, John Newcombe, Patrick Rafter, Lleyton Hewitt o grandes jugadores que, sin llegar a ser números 1, siempre han sido muy competitivos, como Mark Philippoussis, Lew Hoad (ganador en Auatralia, Roland Garros y Wimbledon en 1956 y otra vez en Londres el año siguiente), Tony Roche, (ganador de Roland Garros en 1966 y finalista en el 65 y 67, y también finalista en el US Open en el 69 y 70 y en Wimbledon en 1970).

En definitiva, algunos hombres míticos, con palmarés impresionante. En realidad, antes de que llegara el profesionalismo al tenis, los australianos le discutían a los americanos todos los Grand Slams. Con la prohibición de que jugaran profesionales, y a medida que los mejores jugadores aussies, se pasaban al profesionalismo, inmediatamente encontraban un relevo igual o mejor que daba continuidad a los éxitos oceánicos.

Ken Rosewall

El primer gran crack del tenis australiano fue Ken Rosewall. Es uno de los pocos jugadores que fue capaz de mantenerse en la elite de adolescente y hasta superados los 30 años. Durante más de una década estuvo considerado uno de los mejores jugadores del mundo, fue un Top10 más de 20 años, y estuvo entre los 20 primeros 26 años. Ganó el Open de Australia en 1953 y 55 y después en el 1971 y 1972 ya como profesional. En medio, no pudo ganarlo al haber dado ese paso al profesioanlismo que le impedía disputarlo.

Ganó en Roland Garros en 1953 y 1968 y se impuso en Wimbledon en 1954,56,70 y 1974. También ganó el US Open en 1956 y 1970. Fue considerado en su tiempo como el mejor jugador de pistas lentas y ganó en París consecutivametne 7 años como profesional. Durante 1962 y 1963, con Pancho Gonzales, que era el gran dominador del circuito profesional ya en horas bajas, y con la emergente figura de Rod Laver creciendo a pasos agigantados, fue considerado el mejor tenista del mundo. Tenía la curiosa característica de jugar con la derecha aunque era zurdo. Pero esto le propició ser considerado el mejor revés del circuito y uno de los mejores de la historia.

Rod Laver

Laver es posiblemente uno de los grandes mitos del tenis mundial en la historia. Fue el gran dominador en los años 60 de este deporte, aunque es muy difícil conceptuarlo y clasificar cuántos torneos ganó porque en esa época en la que seguía bifurcado el tenis amater del profesional no se computaban muchos de estos torneos y no pudo competir entre 1963 y 1969 en los Grand Slams, reservados para aficionados. No obstante, fue el primer tenista en conseguir dos veces el Gran Slam (ganar los cuatro grandes en un solo año). Y fue el segundo tenista en conseguirlo después de que, anteriormente sólo lo pudiera hacer Don Budge en 1938.

Ganó Australia en 1960, 1962 y 1969, Roland Garros, 1962 y 1969; Wimbledon en 1961,1962, 1968 y 1969 y en Estados Unidos en 1962 y 1969. Se le computan, grosso modo y sin poder medirlos a ciencia cierta, unos 185 títulos y casi 40 ya en la era ATP. Además, era un formidable doblista dado que su principal característica era el saque y la volea.

Roy Emerson

Otro completísimo jugador que ganó títulos como individual y como doblista. Fue otro clásico tenista de ataque con su poderoso saque y su sensacional volea. Se impuso en Australia en individuales en 1961 y consecutivamente en el periodo entre 1963 a 1967. Sus 6 títulos son un record en la era Open. Pero ganó en todas las superficies.

Sus éxitos se proyectaron en Roland Garros (1963 y 67), Wimbledon (1964 y 65) y el US Open en 1961 y 64. Como doblista ganó 12 Grand Slams, (3 veces Australia, 2 Roland Garros, 3 Wimbledon y 4 US Open), y además conquistó la Copa Davis consecutivamente desde 1959 hasta 1967. Un auténtico depredador de títulos.

John Newcombe

Desde que se estableció la clasificación ATP, el primer australiano que consiguió figurar en lo más alto y ser el número 1, fue John Newcombe.

Newcombe fue un especialista en pistas rápidas dadas sus grandes habilidades en la volea, auque era un jugador muy completo capaz de defenderse bien en el fondo. Ganó en Australia en 1973 y 1975, en Wimbledon, su torneo favorito, en 1967,70 y 71 y el US Open 1967 y 1973. Además, conquistó consecutivametne la Copa Davis desde 1964 hasta 1967.

El asutraliano sólo pudo mantenerse durante 8 semanas en el primer puesto mundial en 1974, pero fue siempre una alternativa a los mejores de su época.

Patrick Rafter

En la época de finales de los 70 y principios de los 80 hubo un vacío de grandes tenistas autralianos, aunque hombres como Pat Cash, merodeaba los primeros puestos de la clasificación. Pero no fue hasta la irrupción de Patrick Rafter, otro clásico jugador de ataque, saque y volea, cuando Australia volvió a conocer a un número 1 del mundo.

Rafter fue un jugador tremendametne espectacular. Con una corpulencia descomunal se movía con una velocidad impropia de su tamaño y fue un maesro en la volea. Su potencia le permitía ser uno de los mejores sacadores del circuito y cerca de la red era un depredador. Sólo estuvo una semana en el número 1 del ranking mundial, después de jugar la final de Wimbledon y de haber ganado el US Open en 1997 y 1998.

Rafter, además, fue una eminencia en Australia. Un sex symbol que ayudó a vender muy bien el tenis en su país y gracias a sus numerosas obras benéficas, fue declarado australiano del año en 2002. Hoy, es el capitán de la Copa Davis aussie.

Lleyton Hewitt

La aparición de Hewitt en el circuito fue un auténtico volcán. Irrumpió batiendo récords de precocidad al ser el tenista con un ranking más alto capaz de ganar un título ATP. Todo esto en Adelaida, en 1998, cuando contaba sólo con 16 años. Hewitt no respondía al perfil del típico jugador australiano, ya que su dominio se debía a sus golpes de fondo.

También fue el más joven en llegar al número 1 del mundo, con a penas 20 años. Allí se mantuvo durante casi dos años y fue el principal baluarte de la última copa Davis que ganó Australia, precisament a España en 2003. Algunos problemas de lesiones y sobre todo la situación de verse superado inmediatamente por otros tenistas que lo relegaron a un segundo plano, le llevaron a no volver a ser el líder que Australia necesitaba.

Doblistas

Además, Australia ha sido históricamente un país con muchísimos y muy buenos doblistas. El tenis en Australia siempre se ha concebido como un deporte rápido y de ataque y sus voleadores han sido los mejores del mundo, lo que les ha permitido, siempre, tener grandes jugadores de dobles. La pareja más destacada de la Era Open ha sido la formada por Woodbridge y Woodforde.

Woodforde está considerado como el mejor doblista de la Era Open. Ha consegiudo ganar 12 Grand Slams, con 6 Wimbledons, 3 US Open, 2 veces Australia y 1 Roland Garros. Además de él y su habitual compañero, todos los grandes mitos australianos de los 60 jugaban tanto individuales como dobles y eran capaces de ganar en ambas disciplinas.

Otro gran doblista fue Wayne Arthurs, un tenista que alternaba el circuito individual con sus grandes actuaciones en dobles, donde consiguió 12 títulos y, entre ellos 3 Masters Series, (la categoría del actual Masters 1000).

Por no hablar de otros doblistas ilustres pasados como John Fitzgerald o Neale Fraser.

Laguna desde 2003

La caída de Hewitt, a partir de 2003 dejó huérfano de australianos el Top10 mundial y poco a poco se ha ido desvaneciendo Australia como superpotencia del tenis. El único jugador que merodeó puestos de honor en 2000, además de Hewitt y los últimos coletazos de Rafter, fue Mark Philippoussis.

Pero sus prestaciones no le llevaron más allá de disputar dos finales de Grand Slam, en 1998 el US Open y en 2000 en Wimbledon y ganar un Masters Series, en Indian Wells en 1999. Desde entonces, el vacío del tenis australiano ha sido notable.

El futuro es Tomic

La triste realidad australiana pasa por el futuro de un chico, que si bien es cierto que apunta como una de las grandes sensaciones del circuito, y que tiene potencial de Top10, no es menos cierto que las influencias de su entorno tienen en ascuas constantemente a la federación australiana.

Tomic, de origen balcánico y nacido en Stuttgart, (Alemania), juega por la federación australiana y compitió en la última Copa Davis, donde su capitán Patrick Rafter, lo está llevando con mucho mimo.

El potencial de Tomic es enorme. Por su embergadura, es capaz de sacar por encima de 200 kilómetros por hora asiduamente y su golpe de derecha hace ya mucho daño en el circuito. Hoy es el número 68 de la ATP, pero tiene muchísimo margen de mejora. Su prioridad son las pistas rápidas, donde ha crecido y se ha entrenado, pero es posible que no sea un mal jugador de tierra si mejora, especialmente sus desplazamientos laterales.

Es curioso, no obstante, que una superpotencia histórica como Australia, se vea relegada a la lucha por la permanencia en la Copa Davis o que no encuentre ningún tenista de esta nacionalidad entre los 50 primeros. Pero un país con su potencial, acabará encontrando el camino del recambio generacional.